Uno de los grandes problemas de las mujeres es precisamente ese: ser mujer. Conceptualizarlas sería osado pues cada palabra empleada podría usarse cual puñal en los corazones de cada una de las féminas. Por tanto tendría que, la población en general (la masculina claro está) resguardarse, tanto de las inconsolables lágrimas dueñas del dolor más fuerte que se pueda sentir; como de las eternas e incisivas recriminaciones.
En cualquiera de los dos casos el acusado indudablemente cumplirá su pena por los años que le quedan pues la mujer - en cualquier momento que lo desee - lo podrá usar para su beneficio.
La mujer, monumento perfecto de la naturaleza, es en esencia, el ser más asombroso que existe pues con su capacidad para crear, amar, sanar y odiar a la vez, logra mantener un equilibrio que la tierra necesita pero, ¿ podrá la mujer salvar a nuestro deteriorado mundo a través de ese arsenal con el que ha nacido?
La respuesta sólo la tienen bien abobedada en sus corazones cada una de las mujeres que habitan en esta sociedad ya al borde del precipicio. Sólo falta que sepan encontrar la llave para abrir tan preciado cofre.
En cualquiera de los dos casos el acusado indudablemente cumplirá su pena por los años que le quedan pues la mujer - en cualquier momento que lo desee - lo podrá usar para su beneficio.
La mujer, monumento perfecto de la naturaleza, es en esencia, el ser más asombroso que existe pues con su capacidad para crear, amar, sanar y odiar a la vez, logra mantener un equilibrio que la tierra necesita pero, ¿ podrá la mujer salvar a nuestro deteriorado mundo a través de ese arsenal con el que ha nacido?
La respuesta sólo la tienen bien abobedada en sus corazones cada una de las mujeres que habitan en esta sociedad ya al borde del precipicio. Sólo falta que sepan encontrar la llave para abrir tan preciado cofre.
